lunes, diciembre 18, 2006

ELECCIÓN 2005

La Concertación logró la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado. Ahora prepara sus huestes para atrapar por cuarta vez consecutiva la Presidencia. Un escenario político de este tipo fue inédito en el Chile del siglo pasado (creo que el siglo XX chileno se inició tardíamente, en todo evento no antes de 1920). Sólo ocurrió algo análogo en 1965, cuando la DC, en menos de un año, capturó el poder ejecutivo y la mayoría de la Cámara de Diputados. ¿Es positiva para el país una concentración de poder como esa?

Si la Concertación logra su objetivo el próximo 15 de enero, no existirá un mecanismo de frenos y balanzas, tan propio de los regímenes republicanos (muy en pañales todavía en estas tierras). No obstante, es posible que la primera elección del siglo XXI (múltiple en cuanto elige presidente y parlamentarios en forma conjunta), entronice a Bachelet al mando de un sistema en extremo presidencialista, sin contrapeso legislativo. Aunque no quiero caer en clichés, se sabe hasta la saciedad que el poder corrompe y que el poder total absolutamente (Lord Acton). Literariamente, la preocupación de ese noble británico también la transmitió su compatriota George Orwell, quien alertó en la Rebelión de la granja sobre la circunstancia que el poder per se embrutece. A modo de ejemplo, obsérvese la falta de sueños en que ha ido cayendo la Concertación desde su ingresó a La Moneda.

Otro aspecto que sugiere la Elección 2005 es la tremenda oportunidad que se le presenta a Piñera para conformar un referente político de verdad: su autoproclamado Proyecto Humanista-Cristiano. Si maneja con tacto y da confianza al sector DC que quedó averiado tras esta elección (y que coincide con ser el más conservador de la DC), no sería raro que alcance la Presidencia.

Vale la pena detenerse en escrutar cuál es el contenido doctrinario del aún volátil Proyecto Humanista-Cristiano. Bueno, su denominación nos da algunas pautas que lo remonta a los orígenes falangistas de Piñera. Pero, ¿será compatible el proyecto y estilo UDI con los otros socios a que aspira Piñera? Aunque existiera esa compatibilidad, la reingeniería política de Piñera enfrentará el gran obstáculo de la sombra de Pinochet, que volverá a recorrer la campaña presidencial al igual que en la segunda vuelta de Lagos. Será insuficiente haber votado que NO en el plebiscito del 88 si sus eventuales partidarios ven pulular entre sus colaboradores a activos personeros de la dictadura. Algunos electores le dieron una mano al dejar en el camino a mastodontes como los senadores Fernández y Bombal, no reelegidos, quienes aún tienen cuentas políticas pendientes en materia de derechos humanos. ¿Qué primará en los DC desilusionados: el rechazo visceral a lo UDI o la atracción del proyecto Piñera?
(Publicado en Revista Capital, N°171, diciembre de 2005, p. 28).

lunes, diciembre 04, 2006

VALPARAÍSO: MUCHO MÁS QUE UN LUGAR

Contrasta verificar que los 10.710 kilómetros que separan a Valparaíso de Madrid no son obstáculo para que decenas de europeos pululen por esa ciudad porteña, hundida para arriba, como también se la reconoce, mientras los escasos 120 kilómetros que la alejan de Santiago sí lo constituyen para nuestros congéneres.

Por fortuna la nominación de la UNESCO para que Valparaíso sea una de las nueve ciudades puerto del mundo que merece ser conservada por haber sido el fondeadero del Pacífico Sur más importante durante el siglo XIX, no ha contaminado su especial carácter (cerros serpenteados por sinuosas y estrechas callejuelas empedradas y una arquitectura marcada por sus galerías vidriadas, ventanas de guillotinas y revestimientos exteriores de calamina).

Mientras se invierten los US$73 millones que las autoridades destinarán en el período 2006-2010 (más de un tercio aportado por el BID), intente la ruta gastronómica vespertina y nocturna que le propongo: párese en la Plaza Aníbal Pinto y tome la empinada calle Almirante Montt. Deténgase en El Desayunador (en el N°399) y junto con tomar uno de sus jugos naturales escuche los estremecedores fados que muchas veces musicalizan el ambiente. Incluso, si cierra los ojos sentirá la salada y gruesa brisa que hermana a Valparaíso con el puerto de Lisboa o con las tradicionales calles del viejo barrio de Botafogo en Río Janeiro. Antes de reanudar el periplo no deje de visitar el mesón de la panadería de enfrente (que está celebrando sus 80 años de existencia). Pero no se distraiga mucho: puede perder la reserva que debió hacer en el N°427: el Samsara (09-2513467). Ni por nada se intimide con esta exótica y sensual comida Thai y agasájese con el contundente Kaeng kari kung (curry amarillo con camarones, ostiones y pescado); si no le gustan los currys, aquí encontrará verde, rojo y amarillo, pruebe el Phat thai (fideos de arroz salteados al wok con pollo, camarones y vegetales). Guarde algo de espacio en su estómago, pues aún debe degustar uno de los cafés y bajativos que le proveerá el Poblenou (Urriola N°476, Cerro Alegre). Si la bohemia lo atrapa, este café-bar lo cobijará hasta que usted decida irse. Otra maravillosa alternativa al Samsara, es el recién remodelado Pasta y Vino (Templeman N°352, 32-496187). Pasan los años y su estándar de calidad, modestia y calidad humana sigue intacto.

Sin querer desmitificar el confort que brinda el recién estrenado Sheraton-Miramar, en esos cerros porteños existe una variedad de alojamiento que le permitirá seguir la imperdible ruta diurna por la zona patrimonial (Cerros Cordillera, Alegre y Concepción) que le sugiero: parta en el Paseo Yugoeslavo, siga por los pasajes Apolo, Fischer, Gálvez y Templeman hasta llegar a los Paseos Gervaso y Atkinson: almuerce en la pequeña y acogedora terraza del Apolo 77 (32-734862). En una de esas, le toca de comensal el fantasma del pintor inglés Whistler aún llorando la separación de su amada, alejamiento que ésta mitigaba sirviendo, en Londres, de modelo a Courbet (El origen del mundo) a la espera del retorno de su adorado y cornudo pintor desde estas lejanas tierras.

No desperdicie la oportunidad de conocer Valparaíso este verano y, así, evítese las latosas colas de policía internacional o las asfixiantes muchedumbres que atestan las playas del litoral central.
Publicado en Revista Capital, N°173, enero de 2006, p. 124).