viernes, mayo 11, 2007

LA BOVARY versus CARRIE

Las Cartas a Louise Colet (Editorial Siruela) permiten confrontar las bases estéticas de Flaubert con las sugeridas por Stephen King en Mientras escribo (Editorial Plaza & Janés).

La correspondencia de Flaubert abarca diez años y coincide con la primera versión de La tentación de San Antonio (obra escrita obsesivamente a lo largo de veinticinco años) y con evolución de la escritura de Madame Bovary (escrita durante más de seis años).

Ahí ya aparece un contraste fundamental entre ambos autores: el prolífero King, una vez publicada su primera y exitosa novela Carrie, produce un texto tras otro (algunos como El Resplandor llevado al cine por Kubrick) y millones de dólares. Así, -en 1980- se convirtió en el primer escritor en figurar simultáneamente con tres obras en la lista norteamericana de best sellers y -en 1985- rompió su propio record al incluir cinco obras al mismo tiempo en esa lista.

Quizás Flaubert tenía en mente a escritores tipo King cuando advertía sobre los riesgos de la repetición mecánica de una fórmula narrativa una vez que ésta se muestra exitosa. “Producir lo más barato posible, en la mayor cantidad posible, para el mayor número posible de consumidores”, no puede ser arte, exclamaba iracundo Flaubert ante esa amenaza que veía como un signo de los tiempos venideros.

King, al igual que Flaubert, llama a no “perderse en el laberinto de la retórica”, opción estética que guarda cierta similitud con la escuela de la palabra justa (le mot juste) promovida por Flaubert y que puede sintetizarse en su advertencia: “No te dejes llevar tanto por tu lirismo. Aprieta, aprieta, que cada palabra dé en el blanco”. Sin embargo, los ideales estéticos de ambos difieren en forma sustantiva.
Uno puede pensar que la tremenda sintonía entre la inagotable producción de King y su aceptación por parte del público se debe a que éste escribe pensando en el escrutinio que recibirá del Lector Ideal, a quien King declara rendirle pleitesía mientras escribe.

En cambio, Flaubert, menos práctico que el norteamericano, piensa que el aburguesamiento del artista comienza justamente cuando se mira a los lectores como clientes a quienes satisfacer. Más categórico aún, Flaubert expresa que al crear se debe prescindir del público (Lector Ideal), porque de lo contrario el escritor se degrada. Para argumentar de esa forma, Flaubert recurre al apoyo de la frase célebre de Epicteto: “Si tratas de agradar ya has caído”. A su juicio, la mayoría de los autores de mediados del siglo 19 no prestaban oídos a la enseñanza de ese filósofo estoico. La conclusión de Flaubert es simple y muy clara: sólo hay que hacer arte para uno mismo.
Este pensamiento me recuerda a Tolstoi, cuando decía que una obra será arte si nace de la necesidad interna del autor y no de un móvil externo, como sería, pienso, satisfacer al Lector Ideal.

Los King podrán vender millones. Hacer reír, llorar, o incluso entretener, pero dudo que te volteen. Claro, cómo no. Yo coincido con Flaubert en que la bondad de un libro se juzga por el vigor de los puñetazos que da y por el tiempo que tardas en recuperarte. Si en la creación artística eres capaz de extraer los sentimientos difusos de tu mente y presentarlos con lucidez y fuerza, junto con transmitirlos de una manera bella, habrás acertado.
Si además logras figurar en las listas de best sellers, tanto mejor, pero no pongamos la carreta delante de los bueyes.
(Publicado en Revista Capital, N°136, 16 de julio de 2004, p. 161).

4 Comentarios:

Blogger Miguel Ortiz A. dijo...

Un lector como tu debe leer El Lector de Bernard Schlink.

salu2
Maicol

3:16 p. m.  
Blogger Salustiano dijo...

Me tica que Correa leyó a ese juez alemán. A mi me gustó también la serie de cuentos Amores en fuga, ideal para el niño bueno que aparece retratado como Miguel Ortiz.

Salud,

6:39 p. m.  
Blogger j. ignacio correa dijo...

Efectivamente, Salustiano. Tu tincada es correcta. Pero en materia de alemanes, devoro todo lo que encuentro por ahí de Arthur Schnitzler (El regreso de Casanova y Relato Soñado, por ejemplo).

Un abrazo y espero encontrar más bloggeros dispuestos a dejar testimonios de sus pasadas por Impresiones. ¿No dejó de preguntarme, por qué llevó casi mil visitas y tan pocos comentarios?

5:51 p. m.  
Blogger Mauricio Mauro Mauriciano dijo...

Si de alemanes se trata, uno obligado es W.G. Sebald.

No entiendo como un juez del tribunal de disciplina de su revista puede ponerle la misma nota a Nieve y el Fantasista... ¿Los habrá leído efectivamente o solo se guío por la vocación de algunos de "llevar la contra"?

Las visitas en las casas son muchas, pero no muchos encuentran una foto suya en el living. Supongo que será lo mismo con los comentarios del blog.

Vuelvo al examen de grado.
un abrazo
Vicente

12:25 p. m.  

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