lunes, mayo 07, 2007

HARTAZGO CIUDADANO
  • ¿Tendrá la presidenta Bachelet la capacidad y voluntad política para mandar al ostracismo político a todos los inculpados, vengan de donde vengan?

Dé el asiento, señora. Frente a la indiferencia de la destinataria de esa orden, el conductor del bus inquirió: ¿No se va a levantar? Ante la respuesta negativa recibida, volvió a la carga: Bueno, entonces voy a hacer que la arresten. Sin levantar la vista del suelo, la señora respondió: Hágalo. Ese 1º de diciembre de 1955, Rosa Parks, oriunda de Alabama, fue detenida y acusada de conducta escandalosa.

Lo que no sabía la señora Parks era que su hartazgo ciudadano cambiaría la historia norteamericana. Tampoco que ese cansancio reflejaba el enojo de su raza.

La prepotencia de ese conductor estuvo sustentada en las leyes segregacionistas que disponían que los diez primeros asientos de los buses se reservaban para los blancos, y que debían permanecer vacíos a pesar que no viajara ninguno, aún si el sector de negros estuviera lleno.

La comunidad afroamericana de Alabama -con Martin Luther King a la cabeza- comenzó un eficaz boicot al sistema de transporte público. Al cabo de 381 días, las empresas de buses quedaron arruinadas, ya que dos tercios de sus clientes eran gente de color.

El día 2 de diciembre de 1955 la detención de la señora Parks no ocupó los titulares de los periódicos, pero este insignificante hecho fue catalizador del Movimiento por los Derechos Civiles, que concluyó con la aprobación de las leyes a través de las cuales se puso una lapida a la segregación legal en EE.UU.

He recordado el affaire Parks pues aspiro a que el caso Chiledeportes y el destape público de la olla de los gastos reservados efectuado por altos personeros concertacionistas, como son Edgardo Boeninger y Gonzalo Martner, hechos cuantitativamente más bien insignificantes, permitan que Chile no se quede parado en la estación, mirando avergonzado como el convoy de la honestidad pública se aleja, tal como advirtiera el poeta Huidobro en su premonitor discurso Balance Patriótico.

No pretendo ser tremebundo. No soy de esos que le tienen pánico al futuro e instan por el statu quo. No, nada de eso. Pero creo que la estúpida sobrevaloración de la gobernabilidad que -en su oportunidad- se arguyó para no llegar al fondo en el caso de los Pinocheques y del MOP, ha devenido en la llamada ideología de la corrupción, la que ya no sólo corroe al poder mismo, sino que se propaga como una metástasis degenerativa a la moral pública de un modo que pareciera ser irreversible. ¿Tendrá la Presidenta Bachelet la capacidad y voluntad política para mandar al ostracismo político a todos los inculpados, vengan de donde vengan?

Detengamos a tiempo a los cuervos para que Chile no sea un gran panizo. No aceptemos el grito del subastador corrupto: A la chuña, señores; corred todos, que todavía quedan migajas sobre la mesa (Huidobro). Espero que se tengan la decisión y la fuerza política y que, en el futuro, no haya que sumarse a la furia del poeta y tener que gritar junto a él: ¡Es algo que da náuseas!.

(Publicado en Revista Capital, N°197, enero de 2007, p. 129).

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