AMÉLIE NOTHOMB: LA ECONOMÍA Y LA EXTRAVAGANCIA.
Amélie Nothomb (Japón, 1967) junto a sus padres, diplomáticos belgas, pasó su infancia y adolescencia en China, Japón, Birmania, Estados Unidos, Laos y Bangladesh. Volvió a Europa a los 17 años, enriquecida por un bagaje cultural difícilmente comparable al de sus coetáneos. En la actualidad reside en Bruselas. Desde 1992 ha publicado al menos una novela corta cada año, entre las que destaca “Estupor y temblores” (Anagrama, 2000), con la que obtuvo el Gran Premio de la Academia Francesa y también el otorgado por los internautas. En una encuesta del diario francés Le Figaro, un representativo grupo de críticos eligió a Nothomb como la escritora favorita de las personas menores de cuarenta años. Sus libros venden más de medio millón de ejemplares, y han sido traducidos al castellano, inglés, italiano, chino y japonés.
El procedimiento escritural de Nothomb es descrito como una puntada al derecho y otra al revés. Ninguna hebra suelta. Sin colgajos ni barroquismos. Todo en su lugar. Sin embargo, a pesar de su extrema economía de palabras, en cada frase dispara miles de agujas desde la cerbatana de su lápiz. La fuerza expresiva que provoca tal contención hace que sus personajes puedan enfrentarse sin concesiones entre ellos y con el lector, con una sencillez tal que uno olvida que se trata del efecto de una técnica depurada que se domina con maestría. Obstinada, perversa, implacable, en las historias de Amélie Nothomb los personajes son extravagantes, y están casi siempre al límite de la cordura.
Antichrista (Anagrama, 2005), su última novela traducida al castellano, puede ser leída como una fábula sobre la humillación humana, el control de nuestros sentimientos por seres fuertes sólo en apariencia y la rendición individual ante las exigencias sociales. Estos motivos ya habían sido explorados en Estupor..., obra que gira en torno a la insana relación entre la protagonista occidental y su superiora inmediata Fubuki.
Antichrista relata la amistad de dos adolescentes durante el primer año de universidad en Bélgica. Desde el comienzo se adivina el desenlace de esta relación, lo que no le resta suspenso ni emoción al relato. Blanche y Christa no tienen en común más que la edad, 16 años. Llena de complejos, Blanche admira a escondidas a Christa, una joven mitómana y desaprensiva que hará de Blanche su presa perfecta. Al inicio, Blanche se siente feliz por haber conseguido una amiga. Christa empezará por invitarse a la casa de Blanche y lentamente se irá apoderando de su mundo, consiguiendo, por supuesto, que Christa la abomine.
Este relato advierte sobre las falsas amistades adolescentes, que embaucan a quien aparece como el más débil, y tiene el mérito de mostrarnos -al final- a una Blanche que no se doblega y sobrevive ante esta Antichrista, sin importar que vuelva a ser, como al principio de la novela, solitaria, poco querida por sus compañeros e incomprendida por sus padres. Pero esa externalidad poco importa, pues tras esta experiencia Blanche ha crecido interiormente, aprendiendo a aceptarse como es, libre de toda manipulación.
¿Qué provoca el éxito de Amélie? Sin duda su conmovedora humanidad, pero también su excentricidad. El resultado es una narración viva, llena de imprevisión y aparente desorden. Igualmente, en ese éxito influye el perfil atractivo de su autora, patente en sus relatos: Nothomb, al igual que sus protagonistas, no sólo goza de sagacidad, sino que también, en las formas, por ejemplo, se deleita de sus vestimentas exóticas, sombreros estrafalarios y maquillajes llamativos. En fin, la obra de Amélie Nothomb es una lectura imprescindible llegado el momento de hablar de literatura contemporánea; y, ella, como personaje, también es fascinante.
Amélie Nothomb (Japón, 1967) junto a sus padres, diplomáticos belgas, pasó su infancia y adolescencia en China, Japón, Birmania, Estados Unidos, Laos y Bangladesh. Volvió a Europa a los 17 años, enriquecida por un bagaje cultural difícilmente comparable al de sus coetáneos. En la actualidad reside en Bruselas. Desde 1992 ha publicado al menos una novela corta cada año, entre las que destaca “Estupor y temblores” (Anagrama, 2000), con la que obtuvo el Gran Premio de la Academia Francesa y también el otorgado por los internautas. En una encuesta del diario francés Le Figaro, un representativo grupo de críticos eligió a Nothomb como la escritora favorita de las personas menores de cuarenta años. Sus libros venden más de medio millón de ejemplares, y han sido traducidos al castellano, inglés, italiano, chino y japonés.
El procedimiento escritural de Nothomb es descrito como una puntada al derecho y otra al revés. Ninguna hebra suelta. Sin colgajos ni barroquismos. Todo en su lugar. Sin embargo, a pesar de su extrema economía de palabras, en cada frase dispara miles de agujas desde la cerbatana de su lápiz. La fuerza expresiva que provoca tal contención hace que sus personajes puedan enfrentarse sin concesiones entre ellos y con el lector, con una sencillez tal que uno olvida que se trata del efecto de una técnica depurada que se domina con maestría. Obstinada, perversa, implacable, en las historias de Amélie Nothomb los personajes son extravagantes, y están casi siempre al límite de la cordura.
Antichrista (Anagrama, 2005), su última novela traducida al castellano, puede ser leída como una fábula sobre la humillación humana, el control de nuestros sentimientos por seres fuertes sólo en apariencia y la rendición individual ante las exigencias sociales. Estos motivos ya habían sido explorados en Estupor..., obra que gira en torno a la insana relación entre la protagonista occidental y su superiora inmediata Fubuki.
Antichrista relata la amistad de dos adolescentes durante el primer año de universidad en Bélgica. Desde el comienzo se adivina el desenlace de esta relación, lo que no le resta suspenso ni emoción al relato. Blanche y Christa no tienen en común más que la edad, 16 años. Llena de complejos, Blanche admira a escondidas a Christa, una joven mitómana y desaprensiva que hará de Blanche su presa perfecta. Al inicio, Blanche se siente feliz por haber conseguido una amiga. Christa empezará por invitarse a la casa de Blanche y lentamente se irá apoderando de su mundo, consiguiendo, por supuesto, que Christa la abomine.
Este relato advierte sobre las falsas amistades adolescentes, que embaucan a quien aparece como el más débil, y tiene el mérito de mostrarnos -al final- a una Blanche que no se doblega y sobrevive ante esta Antichrista, sin importar que vuelva a ser, como al principio de la novela, solitaria, poco querida por sus compañeros e incomprendida por sus padres. Pero esa externalidad poco importa, pues tras esta experiencia Blanche ha crecido interiormente, aprendiendo a aceptarse como es, libre de toda manipulación.
¿Qué provoca el éxito de Amélie? Sin duda su conmovedora humanidad, pero también su excentricidad. El resultado es una narración viva, llena de imprevisión y aparente desorden. Igualmente, en ese éxito influye el perfil atractivo de su autora, patente en sus relatos: Nothomb, al igual que sus protagonistas, no sólo goza de sagacidad, sino que también, en las formas, por ejemplo, se deleita de sus vestimentas exóticas, sombreros estrafalarios y maquillajes llamativos. En fin, la obra de Amélie Nothomb es una lectura imprescindible llegado el momento de hablar de literatura contemporánea; y, ella, como personaje, también es fascinante.
(Publicado en Revista Capital, N°156, mayo de 2005, p. 140).
5 Comentarios:
A la Nothomb me la trago, pero, sobre el post anterior le puedo decir que he leído y escuchado tantas veces esa suerte de "código de hombrecito culto" sobre el cuadro aquel que tanta reflexiones ingeniosas provoca que parece que el asunto de la vellosidad de la fulana es más pose de calentura cursilona que verdadera admiración por la perspectiva de una vagina de escorso. Y eso de la zarza en llamas, es como metáfora de catecismo de un ballenato invernal del año del ñauca con panza mal dispuesta para el ensamblaje. De esas que no dejan ver el destino de la evacuación urinaria.
Sinceramente,
TG
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Bueno, no sabía lo que habìa dicho ese señor del otro señor. No los conozco.
Yo no caigo en pequeñeces, sólo opino. Tengo una matriz cristiana algo pegajosa que surge en especial cuando los auditorios son escasos y pensè que un comentario no le vendría mal a tu rating. Aunque ahora que lo pienso, tú debes saber mucho sobre cosas fomes.
Te concedo el punto.
saludos y hasta siempre
TG
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mis comentarios que el blogguero Correa, autor de este blog, suprimió, según me informó por un defecto técnico que lo confundía conmigo, y que ahora restituyo, decían que era una lástima que Tantogusto hubiera optado por sumarse a la insignificante diatriba en contra de Germán Marín que hace algunos días el escritor Collier publicó en La Tercera. Lo sorprendente es que Tantogusto luego posteó que él no estaba al tanto de lo que un señor había dicho del otro. Quedemos hasta aquí entonces.
Por otro lado, no creo que Correa esté descolocado por su falta de rating. A mí me ha dicho que usa el blog como archivo virtual. Si alguien comenta, tanto mejor. Pero que no le quita el sueño la falta de posteos. Ya vendrán, me agregó.
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