SERVILISMO CULINARIO

Al hacer la siguiente comparación, comprobamos que los chilenos en este ámbito


Los gringos son más pragmáticos y honestos. Para evitar confusiones la Zagat, por ejemplo, al igual que otras guías, confieren puntuación independiente a la comida, a la decoración y al servicio, junto con informar el costo. La relación calidad/decoración/servicio está muy presente en el consumidor americano y, además, en USA el precio es verdaderamente un elemento diferenciador. No como en Chile, donde la mayoría de los locales, los buenos y los malos, los feos y los bonitos, los mal y bien atendidos, valen más o menos igual de caro.
De ese modo, en la Zagat, es posible encontrar la comida del Rainbow Room calificada con 19 puntos mientras que su decorado con 27 puntos; y en las páginas anteriores, la comida del Elias Corner con 23 puntos, pero con tan sólo 8 puntos su decoración. De ese modo nadie se equivoca. Los que aspirar a ver y ser vistos tienen la información adecuada, al igual que los que prefieren más bien saborear una buena merienda.
La crítica culinaria chilena debe abandonar su falta de rigor y coraje y, de una vez por todas, especializarse. Así, entablará un diálogo sincero y leal con el lector. Al dejar de lado el atavismo de creer que enjuiciar constituye un acto de deslealtad, se habrá dado un salto significativo en su profesionalización.
(Publicado en Revista Capital, N°168, noviembre de 2005, p. 132).
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