miércoles, junio 20, 2007

INTIMIDAD y PERIODISMO
  • El tema de fondo es que en Chile no está regulada la cohabitación entre el derecho a la intimidad y la libertad de expresión.

La publicación de la Chechi desprendiéndose de su blanca bombachita generó una acalorada discusión: ¿Se violó el derecho a la intimidad al publicar sus fotos? ¿La prensa debe tener límites? ¿Cuáles? Claro que los debe tener. Pero no sólo la prensa. Y al establecerlos, éstos deben sujetarse a criterios objetivos y no a los caprichos de cada persona.

¿Puede hablarse de intimidad cuando eres fotografiado en tu terraza que deslinda sin un muro divisorio con un canal público por donde se navega con total libertad? ¿No fue en ese lugar donde se descubrió el noviazgo entre el ex-Presidente y la Miss? No es legítimo meterse en una casa para fotografiar a la propietaria. Pero si eres una figura pública, ¿es prudente exponer tus intimidades en ese tipo de terrazas?

Más allá de la anécdota del affaire Bolocco, la cuestión de fondo es que en Chile no está regulada la cohabitación entre el derecho a la intimidad y la libertad de expresión.

Una transversal troika de senadores (Ominami, Girardi, Cantero y Pizarro: ¡que sus nombres queden registrados para la historia!, como se desahogó el tribuno Carlos Peña) solidarizó con la Chechi y declaró que para subsanar esa deficiencia se debía revivir el proyecto de Ley de Protección del Honor y la Intimidad de las Personas, aprobado por la Cámara de Diputados, por la unanimidad de los asistentes, en diciembre de 2003, y que desde entonces duerme el sueño de los (in)justos en el Senado.


Al concederse la atribución de definir ese ámbito a los individuos sin sujeción a criterios objetivos, tanto el derecho a la intimidad como la libertad de expresión pasan a ser meros antojos personales, o al menos garantías etéreas e inasibles.

Si el Senado ratifica la “moción Burgos-Bustos” (un desgraciado remedo de la Ley Mordaza del 64) se hará realidad la pesadilla descrita por Human Rights Watch al advertir los peligros inherentes a restricciones a la libertad de expresión amparadas en definiciones imprecisas y vagas de lo que se entiende por intimidad. Así, queda abierta la esclusa a interpretaciones arbitrarias, al desconocerse qué es válido y qué no, creándose un régimen de miedo y autocensura.

No obstante esos evidentes riesgos, la citada troika manifestó su intención de perseverar en la indeterminada “moción Burgos-Bustos” aprobada por la Cámara de Diputados, en vez de expresar su voluntad política de corregirla con criterios republicanos que regulen el derecho a la intimidad en forma coherente con la libertad de expresión.
(Publicado en Revista Capital, N°206, junio de 2007, p. 140).

3 Comentarios:

Blogger Mauricio Mauriziano dijo...

¿ Apelamos entonces a una determinación ex - ante y objetiva de lo que entendemos por intimidad?

JI, no caiga en el mismo error del tribuno Peña y atrévase a elaborar, o por lo menos señalar sus lineamientos, un concepto claro de lo que la indicación prefiere dejar en el ámbito subjetivo.

8:27 p. m.  
Blogger j. ignacio correa dijo...

En democracia la Libertad de Expresión no solo es una garantía personal sino que también una garantía institucional, ya que sin ella no existe democracia o la que existe es muy frágil.

La máxima de muchos gobernantes es restringir la Libertad de Expresión so pretexto de proteger la intimidad, las buenas costumbres, la convivencia (prensa siempre destaca lo malo, se arguye).

La fórmula de entregar a cada individuo qué se excluye del ámbito público, sin sujetarse a normas objetivas, verificables y conocidas con antelación, que es la formula aprobada por la Cámara de Diputados y ahora resucitada por la troika de senadores, genera un proceso de autocensura pues se desconoce cuáles son los límites de la Libertad de Expresión: cada individuo dice que se excluye del examen público.

Espero haber respondido tu desafio. Si no te recomiendo un artículo que publiqué en la Revista del CEP (N°95, año 2004, pp.347-359) en que ahondo sobre el tema, en especial, por qué la Cámara de Diputados (y ahora la troika de senadores) actuó en forma poco republicana al establecer una formula que entrega a cada persona la definición de su propia intimidad en vez de fijar parámetros objetivos.

10:26 a. m.  
Blogger Mauricio Mauriziano dijo...

Absolutamente.

Lo que me resulta extraño es que la indicación original haya venido de dos diputados a los que yo incluiría en ese grupito de 10 diputados que vale la pena escuchar (Bustos, que es profesor de Derecho y Burgos, un decé que merece todos mis respetos).

Más que una visión poco repúblicana, creo que esta indicación refleja que las cosas en nuestro aparato legisltaivo hace las cosas a "tontas y a locas" y que no conocen discusiones de fondo sobre los asuntos. Si Burgos y Bustos hicieron esta indicación, que podemos esperar de personajes como Forni, Alinco, etc. etc. etc.

Es complicado para un país que estas discusiones se den por medios de prensa, blogs o publlicaciones y no en el hemiciclo donde, al final, se realizan las discusiones que van a tener "el imperio" del derecho.

5:39 p. m.  

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