viernes, mayo 25, 2007

ICTUS versus ICTUS

En Sueños de la memoria los Sharim (padre e hija), María Elena Duvauchelle, Roberto Poblete y José Secall, vuelcan su mirada sobre los últimos treinta años de Chile y del Ictus.

Esta producción colectiva evoca la historia particular de cada uno de los actores participantes, con acento en la extraordinaria puesta en escena de Lindo país esquina con vista al mar, que Claudio di Girólamo dirigiera en 1980. Además, como dice el propio Sharim, Sueños de la memoria vuelve a recurrir al humor como arma para desnudar la grotesca parodia del autoritarismo y el abuso. En definitiva, concluye Sharim, “esta es una obra sobre nuestras obras y sobre un pequeño trozo de nuestra historia”.

La creación del Ictus comienza con un cuadro que conmueve al extremo: pone ante nuestros ojos la evidencia de que mientras centenares de chilenos recorrían errantes unos pedazos de tierra que no eran su patria; en Chile, otros, en esta obra representados por una mujer extranjera, pululaban por nuestra geografía como si también fuesen exiliados, sin ser capaces de echar raíces en la patria adoptiva que, en medio de tanta violencia, intentaba acogerlos, pero que impotente los terminaba transportando de regreso a sus pueblos natales, mientras sus existencias se apagaban entre esperanzas inconclusas, como muertos en vida. Junto con esa recreación, Sueños de la memoria también muestra como ese errar sin asiento fijo igualmente era vivido por muchos chilenos en su propio terruño, para quienes el sueño burgués del descanso hogareño no pasaba de ser un inalcanzable sueño, tal como lo narra el marido de aquella protagonista extranjera.

Por mucho que la invitación del Ictus sea a ver un racconto, sorprende que sus creadores olviden que sus reminiscencias las están contando hoy. Poco interés tiene el pasado cuando su examen es nostálgico y cero crítico: la sola añoranza termina siendo insustancial. Sobre la recomposición de lo remoto, el actual y exitoso novelista norteamericano, Chang-rae Lee, advierte que ésta, al estar contaminada por una fuerte carga romántica, es demasiado halagadora (Una vida de gestos, Anagrama, 2004). Así, resulta de un desmentido sentimentalismo ver a los actores del Ictus cantar con las lágrimas contenidas la Internacional. ¿No será una devoción que peca de excesiva ingenuidad? ¿Qué fue de la voz detractora, libre, del Ictus? ¿Dónde se extravió? ¿Es que también se perdió en la actual complacencia criolla? ¿Se puede hacer un teatro analítico e interesante sólo fundado en la melancolía?

A medida que avanza la obra, se me fue apretando el corazón al constatar, como empezaba a prever, que el Ictus teatral terminaría, al igual que en una tragedia, siendo devorado por aquel otro Ictus mucho más perpetuo. Sí, me refiero al Ictus médico (como los españoles llaman al infarto cerebral). Concluí con desasosiego que si no hay luego un aggiornamiento, el Ictus será víctima de su propio Ictus.

Se sabe que el momento de mayor tensión del Ictus encefálico es cuando se corta el flujo de sangre, pues el tiempo que dure esa interrupción será determinante para la supervivencia futura. Si los creadores del Ictus prolongan su actual falta de irrigación sanguínea cerebral, tal como acredita Sueños de la memoria, y perseveran en sobregirar con cargo a la excelente capacidad histriónica de sus actores y a la lealtad de sus admiradores, de seguro tendremos que transitar por las frías y dolientes calles del fosal funerario, entierro al que, no me cabe duda, nadie quiere concurrir.
(Publicado en Revista Capital, N°138, agosto de 2004, p. 120).

3 Comentarios:

Blogger Mauricio Mauro Mauriciano dijo...

Parece que su crítica la leyó Sharim, o el Ictus histórico le ganó al que declara la muerte encefálica.
El año pasado estrenaron una buena obra, el Grito, liberandose de las cadenas de un buen pasado teatral. La trama ganó en contextualidad y discurso, tratando temas de esta década, no apelando a la lágrima de gente de la generación de la dictadura como fue en "Sueños de la memoria".
Creo además, que hay grupos teatrales (músicales tb.) que en algún momento "adquieren" un derecho de hacer recopilaciones de su obra. Este es uno de los casos.

4:18 p. m.  
Blogger Eduardo dijo...

Te felicito por tu blog y te invito a que pasees por el mio
Yo soy de argentina.
mi blog es
http://eduardomispoemas.blogspot.com
Te espero, te va a gustar.
SUERTE

12:00 a. m.  
Blogger Salustiano dijo...

Claro que no hay problemas con la reedición. El asunto se complica cuando pasas a plagiarte al eterno.

1:35 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal